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ꗃ. luffy x law, doflamingo x law
❠ omegaverse, dinámicas alfa/beta/omega, dinámicas alfa/beta/omega no tradicionales, slick, anudar, breeding kink, rimming, sexo oral no consensual, contenido sexual explícito, bondage no consensual, contenido sexual explícito, asfixia leve, no es con las manos y no alrededor del cuello, es algo suave, sexo duro, mención de mpreg, sin mpreg real, disociación ❠
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R E S U M E N:
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El calor de Law llega antes de tiempo.
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> segunda parte individual un solo capítulo
⠀⠀⠀⠀ G O L D E N W I N D parte II
⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀ ⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⚠ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ Calor inducido por el estrés. Law recordó la primera vez que vio esas palabras. Eran grandes y estaban en negrita, en la parte superior de una larga entrada en uno de los libros de medicina de sus padres. Su padre se había sentido totalmente mortificado al ver a su joven hijo leyendo sobre esas cosas, pero la señora Trafalgar se lo había permitido. No es porno, querido. Sólo quiere leer sobre biología. Toma, cariño, puedes quedarte con el libro. Según aquel texto, Law recordaba que el celo inducido por el estrés era una de las diversas clasificaciones de celo anormal en los omegas, y que podía estar causado por una increíble variedad de circunstancias, que se describían en las páginas siguientes con ejemplos sobre los estudios realizados al respecto. A veces, los omegas podían entrar en celo de forma espontánea e inesperada cuando estaban enfermos o gravemente heridos, lo que suponía un problema en el mundo de la medicina: que un paciente que ya estaba sufriendo entrara en celo era una pesadilla para su proceso de recuperación. Otras causas más frecuentes de celo inducido por el estrés eran el abandono repentino del uso prolongado de supresores o la alteración emocional. Law se había sorprendido por esta segunda causa y había ido a preguntar a su progenitor más cercano al respecto. Mamá, ¿qué significa esto? Dice que la alteración emocional puede causar calores inducidos por el estrés, pero no lo entiendo. ¿Están diciendo que cualquier momento en que un omega llore puede causar un celo? Eso parece realmente inconveniente. Su madre había sonreído ante sus preguntas mientras se agachaba a su lado, mirando la frase que le mostraba. Bueno, no ocurre cada vez que un omega llora. Depende de lo alterados que estén, creo. Estar enfadado porque Lammy tiró tu avión de papel al barro no causaría eso. Law había fruncido el ceño, haciendo un mohín. Esa era la emoción más fuerte que se le ocurría. ¿Qué podría hacerlo entonces? Su madre se había puesto seria. Supongo que algo que haría al omega muy, muy molesto. Tal vez si alguien a quien amaban hubiera fallecido, o tal vez si pasaron por un cambio de vida difícil, o-- O si fueron violados repetidamente por el hombre que mató a su guardián. Otro calambre se abrió paso a través del cuerpo de Law, oprimiendole clavos de 15 centímetros en su abdomen. Los picos de dolor se clavaron profundamente, hiriéndole su pelvis camino hacia su vientre. Le dolía la parte baja de la espalda por la tensión de los músculos, y Law dejó escapar un gemido de dolor entre sus dientes apretados. Las ataduras le impidieron adoptar la posición fetal instintiva. Law estaba atado de tal manera que apenas podía moverse, con el cuerpo presionado boca abajo en la gigantesca cama de Doflamingo. Tres grandes cinturones de cuero grueso rodeaban el ancho de la cama y pasaban por debajo de ella para ceñir su cuerpo desnudo a la parte superior del colchón, como una especie de perversa mesa de operaciones. Sus muñecas estaban fuertemente encadenadas con piedra marina a los reposacabezas de la cama, extendidas en ángulos obtusos desde sus hombros, que estaban tensos por el esfuerzo. De vez en cuando, los músculos de la parte superior de la espalda, amontonados como papel arrugado, se agitaban por el ácido láctico que se acumulaba en ellos debido a la incómoda posición. Había un cojín debajo de la ingle de Law, su propio peso corporal aplastaba su miembro contra él. El cojín elevaba el culo de Law, curvando la parte inferior de su espalda en un arco doloroso, con la parte superior del cuerpo todavía sujeta a la cama por las correas. Tenía las piernas abiertas por detrás, encadenadas a los postes inferiores de la cama. Se sentía como un animal a punto de ser viviseccionado. El sudor se acumulaba en la espalda desnuda de Law bajo las correas de cuero. Todo su cuerpo goteaba, el calor lo invadía como una fiebre peligrosa. Law temblaba tanto por el dolor como por la lucha interna que libraba contra sus instintos. La resbaladiza sustancia goteaba de su cuerpo y empapaba el cojín bajo su ingle, irradiando feromonas. Soy un omega no marcado en celo, susurraban las feromonas. Ya sabes qué hacer conmigo. —No —murmuró Law, mordiendo las sábanas de la cama que tenía debajo, gruñendo mientras otra oleada de dolor se abría paso por sus entrañas. —No, no, no. — Llevaba años tomando y dejando de tomar supresores. Como médico, era muy consciente de la toxicidad que podía acarrear su uso excesivo, por lo que siempre había tenido cuidado de no utilizarlos durante más de dos años seguidos. Como los Piratas del Corazón habían permanecido bajo el agua durante la mayor parte de la travesía del Grand Line, Law se había sentido perfectamente cómodo soportando sus calores en su bien ventilado camarote del Tang Polar. Su tripulación había sido comprensiva y habían ayudado a cuidarle, trayéndole las cosas que necesitaba cuando estaba incapacitado. A Law nunca le había importado ser un omega. En sus veintiséis años de vida, se había topado con un montón de imbéciles que intentaban hacerle sentir inferior, pero bastaba con un corte de Kikoku para silenciarlos. No, no le importaba que tuviera calores, y los aburridos insultos que le lanzaban se deslizaban como el agua por el cristal de una ventana. Cora-san había sido un omega, así que en lo que respecta a Law, eso era lo mejor que podía ser. Ahora, atado a la cama de un alfa, Law no podía evitar desear no haber gastado todos sus supresores en Punk Hazard. Había necesitado detener sus calores mientras estaba en el territorio de César, no podía permitirse estar debilitado durante sus períodos de celo. Los supresores se habían agotado justo cuando los Sombreros de Paja habían llegado a la isla, y Law había contado con que la destrucción de la fábrica SMILE sería lo suficientemente rápida como para no tener otro celo hasta que consiguiera llegar a Zou. Su tripulación podría atenderle entonces, y todo habría terminado. Law no había planeado ser capturado por Doflamingo. No había planeado que le follaran una y otra vez hasta que llorara de dolor por los orgasmos secos que sacudían su cuerpo. Y ciertamente no había planeado un celo prematuro. Sólo dos días de cautiverio y su cuerpo había decidido lanzarse al fuego. Inducido por el estrés. Otro calambre se abrió paso entre sus caderas. Law chilló, gimiendo y frotándose la cara contra la cama. Más flujo brotó de él, su entrada se flexionó por el dolor y la excitación. Listo para ser penetrado. —Qué espectáculo —dijo una voz grave y sonriente detrás de Law. Incluso cuando el corazón de Law se hundió por el sonido del regreso de Doflamingo, una parte de él pudo llorar de alegría. La parte de él que quería que un alfa se arrastrara sobre él y lo penetrara, para follarlo hasta el final. No. Law gruñó a Doflamingo y retorció su cuerpo contra las ataduras. Las cadenas que le rodeaban las muñecas y los tobillos sonaron, y el cojín que tenía debajo se dobló cuando apretó las caderas contra él en un intento de levantar la parte superior del cuerpo. La súbita excitación se apoderó de él cuando su pene se frotó contra la tela, y soltó un chillido de placer confuso, que terminó en un gemido de dolor cuando se le acalambró la espalda. Doflamingo soltó una risita. —Aww, que cosita tan linda eres. — El señor de la guerra se acercó al lado de la cama y Law giró la cabeza para mirar al alto alfa. Doflamingo no llevaba nada, su polla larga y erecta, orgullosamente erguida en espera de aparearse con el omega atado. Law desvió la mirada hacia la cara de Doflamingo, siempre oscurecida por esas malditas gafas de sol rosas. Estaban allí incluso ahora, así que Law no podía ver las pupilas del alfa ensancharse de lujuria al ver a su presa, pero sabía que lo estaban. Lo supo por la respiración entrecortada de Doflamingo y la contracción de su polla cuando el alfa miró la cara sudorosa y sonrojada de Law. —Dios, mírate —murmuró Doflamingo, estirando la mano y acariciando el pelo de Law. Law trató de sacudir la cabeza, pero el movimiento hizo que los dedos de Doflamingo rozaran la sien del omega y la respiración de Law se le entrecortó en el pecho. Alfa. —Eres un pequeño y hermoso omega, Law —dijo Doflamingo, sentándose en el colchón junto a él. —Magnífico. Te quiero para mí. No quiero que te vea nadie más —. Se inclinó cerca y aspiró el olor a celo de Law. —Quiero que siempre estés así, siempre listo para tomarme —. Un chorro de líquido brotó de Law y éste hizo una mueca, cerrando los ojos para dejar de mirar al alfa. Tenía muchas ganas de escupir en la cara de Doflamingo, de gritarle, de insultarle, pero no conseguía que su voz funcionara. Aunque pudiera, tenía miedo de lo que diría, con la lengua entumecida por el sabor de las feromonas en el aire. La mera presencia del alfa tan cerca de él le hacía sentirse mareado en su celo. Doflamingo olfateó el aire, respirando el aroma de la sustancia de Law. —Mmm. Estás tan bueno —. Acarició la mejilla de Law, el omega se estremeció bajo el contacto. —Ya es hora. Vamos a aparearnos. Y voy a marcarte. Eres mío —. El señor de la guerra se inclinó hacia Law. El joven pudo sentir el aliento caliente de Doflamingo en su frente justo antes de que el alfa presionara sus labios allí. —Voy a fecundarte, Law —murmuró Doflamingo. Law dejó escapar un gemido involuntario, haciendo rechinar sus caderas inconscientemente contra el cojín. —Alph… —se mordió la lengua antes de terminar el grito de queja. —Sí, eso está bien, pequeño —canturreó el enorme alfa. —Vas a llevar a mis bebés, omega. Te follaré hasta dejarte embarazado e incluso después. Todos los días durante el resto de tu vida, te haré el amor —. A través de sus propios gemidos, Law se preguntó vagamente qué le haría Doflamingo cuando descubriera que Law era estéril, un efecto secundario de la enfermedad del plomo ámbar. Tal vez el hombre lo castraría en su cólera. O lo mataría. Eso estaría bien. Con un movimiento violento, Doflamingo se agachó y tiró de los extremos de uno de las correas que ataban a Law a la cama, apretándolo tanto que apenas podía respirar. Antes de que Law pudiera protestar, los otros dos cinturones habían recibido el mismo trato, y fue presionado tan firmemente contra la cama que el colchón se hundió profundamente alrededor de su cuerpo. —¡Ahh! ¿Qué...? —Law resolló, incapaz de llenar sus pulmones al máximo. —No quiero que luches ni en lo más mínimo —ronroneó Doflamingo, dando vueltas por detrás de Law y fuera de su vista. —Quiero que estés tan atado que lo único que sientas sea mi polla, deslizándose dentro y fuera de ti. Eso es lo único que te importará ahora —. El extremo de la cama se inclinó cuando Doflamingo se arrodilló sobre ella, y Law jadeó al sentir las manos del hombre abriéndole el trasero. Los jadeos se convirtieron en gemidos jadeantes cuando Doflamingo presionó con sus pulgares en Law, separándolos para abrir el agujero de Law. —Mmm, hermoso —murmuró Doflamingo. —Estás... goteando —. Law se estremeció en la cama mientras el alfa le lamía, con su larga lengua sondeando a una profundidad imposible. Podía sentir la nariz de Doflamingo rozando la hendidura de su culo, los labios del hombre chupándolo. El omega trató de empujarse contra la cara de Doflamingo, pero su cuerpo estaba firmemente sujeto por los gruesos cinturones de cuero que cruzaban su espalda desnuda. La polla le dolía y goteaba donde estaba asfixiada con el cojín bajo sus caderas. —Ahh, maldición, es tan bueno —murmuró el Señor de la Guerra contra el el trasero de Law, las palabras le hicieron sentir un cosquilleo en la columna vertebral. —Te deseo tanto —. Law se mordió el labio con violencia para no gritar. Su cuerpo se estremeció bajo las manos de Doflamingo cuando dos largos dedos se introdujeron en él, removiendo la humedad. Las yemas de los dedos del alfa rozaron las paredes del orificio de Law, presionando más profundamente de lo que lo harían unos dedos normales. Law gimió, sacudiendo la cabeza contra la cama. Sintió que Doflamingo añadía otro dedo, introduciéndose en él. Luffy le había metido los dedos cuando habían follado en su nido*. Sus dedos habían sido ásperos, callosos por el uso. Habían entrado en Law y habían encontrado ese lugar que le hacía sollozar de placer, la visión se desvanecía mientras Luffy le besaba el cuello. Law había cabalgado sobre esos dedos, moviendo sus caderas contra la mano de Luffy mientras el otro capitán le susurraba al oído y le frotaba con fuerza la polla. Ven por mí, Torao. Ahora, Law era un trozo de carne en un asador, atravesado por los dedos de Doflamingo. El alfa se apartó de Law y suspiró satisfecho. Law pudo oír una aspereza en su voz mientras hablaba, murmurando falsos consuelos. El ronco sonido de la lujuria. Esto hizo que un temblor de miedo recorriera la columna vertebral de Law. Doflamingo no se molestó en marcar a Law con su olor. No le importaba, o quizás no lo necesitaba. Law supuso, mientras Doflamingo se cernía sobre su cuerpo atado, presionando sus manos en el colchón a cada lado de la cabeza del omega, que ya estaba dominado por el alfa. No había forma de hacer su sumisión más completa de lo que estaba a punto de ser. Law podía sentir el calor de su propio cuerpo rebotando en Doflamingo y calentando el espacio que se cerraba entre ellos. Gimió al sentir el empuje de la cabeza de la polla del alfa contra su húmeda entrada. Su piel era suave, y Law podía imaginar cómo era la polla al sentirla recorrer la hendidura de su culo, entrando y saliendo de él burlonamente. Law sintió que presionaba más profundamente con intención penetrante, dejando escapar un gemido de alivio y un dolor tan profundo que ya no era meramente físico. El miembro del Señor de la Guerra extendió la entrada de Law a su paso mientras Doflamingo empujaba hacia adentro. El placer dentro de Law era increíble. Había sido violado por este monstruo muchas veces en los últimos días, pero de alguna manera la polla del alfa se sentía más grande ahora, y Law más sensible. Podía sentir cada pulso de los latidos de Doflamingo dentro de él, invadiéndolo, y quería vomitar. Soltando un gran gemido, Doflamingo comenzó a empujar dentro y fuera del omega inmovilizado bajo él. Los gemidos sin respiración fueron arrancados de Law con cada empuje hacia adelante. El alfa estaba golpeando tan profundamente dentro de él que era doloroso, demasiado profundo, demasiado. Sentía como si Doflamingo le estuviera golpeando en el fondo de su puto estómago. El dolor le atravesó el cerebro, que estaba saturado de calor. — --¡Par-/-ra! ¡Para! —Law gimió, retorciéndose débilmente bajo las correas que lo sujetaban. Sus brazos estaban tensos contra las cadenas de piedra marina, tirando de ellas mientras todo su cuerpo se tensaba bajo las embestidas de la salvaje copulación. Doflamingo sólo aceleró su ritmo, hundiendo su polla en Law con fuertes sonidos húmedos. Law gritó ante el empuje sin ritmo, cada pinchazo profundo dentro de él le hizo retorcerse de incomodidad. —¡Duele! Por favor —. Law suplicó, con lágrimas saliendo de sus ojos y cayendo sobre las sábanas. —¡Por favor, para! Por favor, Dofla… — Algo en su interior se encendió bajo uno de los empujes del alfa, y a Law se le cortó la respiración. Volvió a ser golpeado y pudo sentir cómo se le nublaba la vista. El celo había ganado. —Doffy —respiró Law, y Doflamingo fue más rápido, gruñendo, inclinándose sobre su espalda. —Dilo otra vez —resopló el alfa, inclinándose sobre Law. —¡Doffy! Ahh! —. Los gritos de Law aumentaron cuando Doflamingo embistió contra él. —¡Alfa! — Law sabía lo que estaba por venir y no podía hacer nada para evitarlo. No podía pensar. No podía luchar. Sólo podía sentir como su mente se partía en dos. El agudo mordisco en su cuello sacó a Law de debajo de Doflamingo y lo lanzó a un mundo construido a partir de sus propios gritos resonantes. Los dientes del alfa se hundieron más profundamente en la glándula olfativa de Law, rompiendo la piel y liberando las feromonas de Law, y fue mucho peor que el mordisco temporal de la primera vez que Doflamingo le hizo. Law pudo oírse vagamente a sí mismo chillando a través de la oleada de veneno y hostilidad que llenaba su conciencia. Era Doflamingo. Doflamingo estaba metiendo la mano en la cabeza de Law, introduciendo su polla en su cerebro, follándoselo. Dividiendo su mente en dos mientras el señor de la guerra se introducía en ella. El vínculo recorrió la piel de Law, cosiendo crudamente su alma a la de Doflamingo, donde colgaba como una idea metafísica de última hora. Colgaba del costado de Doflamingo, una bolsa hecha sólo para ser llenada, una y otra vez. Cuando Law abrió los ojos, con las lágrimas corriendo por la boca y la barbilla, pudo sentir el nudo. Estirándolo, una presión parasitaria dentro de él. Estaba anidado en su interior, manteniéndolo detenido, fecundandolo. Peor fue la sensación de la lengua de Doflamingo lamiendo la glándula aromática rota de Law. El alfa resopló en el cuello de Law, besándolo y acariciando sus costados con las manos. Como si fueran compañeros. Las correas que lo rodeaban se soltaron con un chasquido, y a través de una bruma del shock, Law fue consciente de que Doflamingo lo acercaba a su lado y masturbaba su polla, ahora flácida. Cuando el orgasmo se desbordó, Law se arqueó contra el pecho del alfa y sintió que el hombre más grande le besaba la sien. Susurró palabras de estímulo hasta que Law se corrió de nuevo, con un gemido goteando de su nariz. Doflamingo se quedó dormido en Law, envuelto en él. Law podía sentir la respiración caliente del hombre en su cuello. El nudo palpitó dentro de él, dejando salir otro chorro de semilla en su vientre estéril. Law vio cómo el cielo se desvanecía del rojo al azul oscuro mientras el alfa dormido a su lado lo llenaba una y otra vez. ⠀⠀⠀⠀
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