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ꗃ.  luffy x law, teach x law 


relación establecida, angst, fluff, mind break, orgasmo forzado, luffy siendo luffy, relación forzada, secuestro, trafalgar law necesita un abrazo, lawlu endgame, atracción unilateral, control mental, size kink, angst con final feliz, eventual final feliz 













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R E S U M E N: ⠀⠀⠀⠀ Law sabía que tenía una suerte terrible, pero toparse con los piratas Barbanegra en el Nuevo Mundo estaba a otro nivel. Al principio Law cree saber lo que el Yonko quiere de él, su fruta del diablo. Pero, de repente, todo eso empieza a dar vueltas en su cabeza. ¿Cómo sabe Teach su nombre completo? ¿Por qué está siendo tratado con tanto cuidado? ¿Será capaz de escapar por sí mismo? ¿O tendrá que esperar la ayuda exterior?


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> Historia en proceso / capítulos largos








𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 1❢ ⠀⠀⠀

⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀ Hogar. ⠀⠀⠀⠀Tratar de fijar un hogar para Law había sido un reto durante la mayor parte de su vida. Estaba Flevance, pero ese hogar se había quemado hasta los cimientos. Luego estaba Cora-san, con quien había viajado durante mucho tiempo. Aquellas épocas eran la sensación más cercana a un hogar que Law no había vuelto a experimentar en mucho tiempo. Luego estaba el Polar Tang, el gran submarino amarillo al que nunca había considerado verdaderamente un hogar. Era extraño, dado el tiempo que Law había pasado en él. Su tripulación jugaba un papel importante en ayudarle a sentir que pertenecía a un lugar. Law no lo llamaría hogar. Quizá fuera la constante plaga de pesadillas y traumas lo que le impedía hacerlo. Tal vez fueron aquellos meses que había pasado fuera en sus misiones en solitario. O tal vez simplemente fuese él quien concentró toda su energía, su estrés, sus pensamientos y su vida hacia ese único objetivo. Esa única meta para la verdadera libertad. Ha pasado una semana desde Wano. Incluso habían pasado más semanas desde que había completado ese objetivo suyo. El techo gris del submarino le miraba fijamente a sus dorados ojos. Los suaves cojines del colchón abrazaban su espalda. La nueva misión. El nuevo plan. El nuevo impulso en su vida parecía tan... extraño. No, ésa no era la palabra correcta. ¿Vago? ¿Distante? Eso no encajaba con él. El objetivo de encontrar el One Piece había estado en su mente durante bastante tiempo, si en el fondo si era sincero. Los obstáculos del mundo habían obstaculizado ese camino durante mucho tiempo. Ahora, al dirigirse directamente a la meta, se le hizo un nudo en la garganta. Uno que no había estado allí en Punk Hazard. Ni en Dressrosa. Ni en Zou. Oh, pero sí había estado allí en Wano. Un pequeño resoplido salió de Law tras eso. Movió su cuello que crujió y le dolió de tanto mirar al techo. Los libros y papeles esparcidos por su escritorio no le interesaban como de costumbre. Había dejado una parte de sí mismo en Wano. No había sido evidente hasta que intentó volver a la normalidad, pero la normalidad no existía exactamente para los piratas. Algo así como un hogar, al que los piratas pudieran acercarse lo más posible, pero nunca llegar del todo. Era la normalidad de Law. La normalidad de Law había sido estudiar nuevas revistas médicas. Trazar la ruta para el próximo destino. Mantener el barco. Revisar sus libros de medicina más antiguos, clasificando los que podía retirar para hacer espacio para más. Pero durante los últimos meses los había pasado en un barco de colores brillantes y lleno de hierba. Un barco que contaba con un ciborg que trabajaba en él. Tenía un músico que cantaba una canción para acompañar el ruido blanco del mar. Una navegante que regañaba a la tripulación durante su tiempo de inactividad para que el barco siguiera su curso. Un francotirador y un médico que jugaban entre ellos en voz alta. Un espadachín durmiente que de vez en cuando se peleaba con el cocinero del barco. Una arqueóloga tranquila pero cálida que leía historias de las mentes de todo el mundo. El que mantenía unidas a todas esas personalidades enfrentadas había sido el capitán de ojos brillantes, sonriente y con sombrero de paja. Law nunca había encontrado una tripulación como la de los Sombreros de Paja. El enigma. El enigma del Grand Line. Y el propio Grand Line era un enigma en sí, así que eso ya era decir. Las semanas en ese barco las había pasado miserable... al principio. Nuevo no significaba bueno, pero tampoco significaba que siempre fuera a ser así. Durante el comienzo de la alianza, Law había estado seguro de que la relación entre él y los Piratas del Sombrero de Paja no era más que profesional. Lo más profesional que podían ser los piratas. El muro que Law había construido a su alrededor tenía astillas. Pequeñas. Esas astillas ni siquiera importaron cuando la energía de Luffy se estrelló de pleno, derribando todo el duro trabajo de Law en un instante. Por mucho que Law intentara reconstruirlo, sería derribado una y otra vez. No importaba cuántas veces Law maldijera a Luffy por hacerlo, obtenía la misma respuesta; —¿Por qué? Cada respuesta que Law daba era diferente a la anterior —Porque yo lo digo. —Eres una molestia. —Necesito mi espacio. —No necesito a nadie más. —No puedo ser dañado de esta manera. —Por favor, vete. ¿La respuesta de Luffy? Derribarlo aún más. ¿Y si lo hubiera reconstruido? Derribarlo de nuevo. Esto frustró a Law hasta el extremo. No quería un apego innecesario. Cosas como las emociones interferirían en lo que había que hacer. El capitán del sombrero de paja pensaba de manera muy diferente, por supuesto. Al final se resignó a su destino, no recordaba en qué momento había ocurrido. Pero Law recordaba que durante meses tuvo la pregunta del porqué, hacía Luffy. ¿Por qué derribar el muro? Las últimas semanas en Wano le habían dado la respuesta. Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Law. Su frío y vacío camarote del capitán desvaneció la sonrisa tan rápido como había aparecido. El vacío en la habitación se reproducía en el pecho de Law. Echaba de menos a esa tripulación. Echaba de menos a cierta persona en particular, pero como si fuera a admitirlo en voz alta. Antes de que el dolor en el pecho de Law se hiciera más evidente, alejó los pensamientos. Volvió a mirar los libros que tenía delante, suspirando. Debería haber estado estudiando, investigando. Law no había tenido mucho tiempo para hacerlo en los dos últimos meses, al menos, no sin algún tipo de estrés que lo acompañara. Con suerte, las páginas le distraerían de esos intrusos pensamientos. Law se sentó hacia delante, prestando por fin toda su atención a los libros de medicina. Un fuerte estruendo atravesó las paredes del submarino amarillo. El escritorio frente a Law se agitó con fuerza hasta que Law se levantó, corriendo para salir de su camarote. Un repentino temblor en el submarino, inclinó el suelo casi completamente en diagonal. Law casi se estampó contra la puerta cerrada por el repentino movimiento. Agarró a Kikoku antes de que cayera al suelo, apoyando la espada contra su hombro. —¿Qué demonios está pasando ahí fuera? —gritó Law al salir de su cuarto. Salió disparado hacia la sala de máquinas, haciendo un room dentro del submarino para hacer un rápido escaneo. —¡No detectamos nada que ataque la nave! —gritó Penguin por entre las ruidosas alarmas de advertencia que procedían del submarino. —¡El segundo motor ha sido dañado! —Jean Bart gritó desde el otro lado. —¡Inicien el soplo de emergencia*! —ordenó Law, escuchando una clara afirmación de la tripulación. Frustrado por no encontrar nada a través de su fruta del diablo, Law se apresuró hacia la escotilla. El temblor y el balanceo de la nave afectaron incluso a Law, que no solía tener problemas para mantener el equilibrio. El submarino se propulsó hacia la superficie. El propio room de Law se movió con él. Los nuevos objetos sobre el mar, ahora en su rango, le pusieron los hombros rígidos. Los Piratas del Corazón tenían toda una flota de barcos rodeando su submarino por todos los flancos. Law ni siquiera tuvo que dar un paso fuera del submarino para comprobarlo. Se puso de espaldas a la salida, mirando a su tripulación. —Prepárense. Estos tipos no son de poca monta —dijo Law. El resto de la tripulación ya había tomado medidas para armarse, preparándose para protegerse y luchar contra cualquier adversidad. La mano izquierda de Law apretó el agarre de Kikoku antes de abrir de golpe la escotilla para enfrentarse a los que les esperaban. —¡Zehahaha! No. La última vez que Law había escuchado esa risa había sido hace dos años. Dos años desde aquel día que sumió al mundo en caos y desesperación. Dos años desde que las manos de Law habían estado profundas en el estómago de un rival. Uno que apenas se aferraba a una vida que destruyó su propio ser. El mundo siguió adelante. Aparentemente, él también. Las gigantescas embarcaciones se alzaban sobre el submarino, casi haciéndoles sombra. Por lo que Law podía ver con su habilidad, había más de diez acorazados rodeándolos. Para Law era casi un halago que sintieran la necesidad de rodearles por completo a pesar de que les superaban en número en todos los sentidos. Los navíos de combate tenían grandes troncos de madera, que a Law le recordaban a una balsa atada a ambos lados de los barcos. Esto daba a los barcos un área de dominio mucho más amplia que la de otro acorazado no podría cubrir. Es casí como si dijeran que no hay nada que los detenga, incluso en este vasto mar. Había un hombre que estaba de pie en la parte delantera del barco central. La punta de su barco apuntaba hacia el submarino, mientras miraba fijamente a Law. Su espalda estaba orientada hacia el sol, por lo que Law y su tripulación solo podían ver la sombra del hombre. Llevaba sus pantalones extravagantes, un abrigo oscuro con plumas y múltiples pistolas enfundadas en su faja. ¿Cuál era el propósito de tantas pistolas cuando él es poseedor de las habilidades de las frutas del diablo? Aun así, el hombre más redondo y grande se rió al verlos. Aunque el hombre estaba mucho más lejos de Law, tuvo que adivinar que el hombre medía algo menos del doble de su altura. El hombre les sonrió con los dientes cariados, manteniendo la confianza del hombre que una vez hizo temblar al mundo entero. —Barbanegra —dijo Law, lo suficientemente alto como para que la tripulación le oyera. O Marshall D. Teach. A Law se le helaron los nervios al recordar que los dos tenían la misma D inicial. Tenían la misma voluntad a pesar de ser tan diferentes entre sí. —Por supuesto nos topamos con una tripulación de un Yonko —susurró Shachi a Penguin detrás de Law. Law tenía preguntas, pero lo mejor era esperar. Quedaba la remota posibilidad de que el Yonko no quisiera una pelea, pero eso sería muy poco probable, aun así, Law esperó a que el otro capitán hablara primero. —Finalmente, encantado de conocerte formalmente, Trafalgar Law. Has atacado a mi submarino y a mi tripulación. —Creo que no tuvimos el placer de conocernos en la Guerra de los Mejores —dijo Law, con un tono que intentaba reprimir. —No, pero eso no significa que no haya observado tus logros. Eso no significa nada bueno, pensó Law con recelo. Law no era estúpido. Sabía que una pelea con el nivel que tenían ahora contra cualquier Yonko sería una derrota. Ni siquiera la antigua tripulación de Barbablanca se había enfrentado a los piratas de Barbanegra. —Logros es ciertamente una forma de expresarlo —respondió Law, haciendo lo posible por mostrarse despreocupado ante la situación. Mostrar miedo no le serviría de nada. Tenía que mantenerse firme. —Si quieres, podemos continuar esta conversación a bordo de mi barco —dijo Teach con una sonrisa. El resto de su tripulación se rió en silencio detrás de él. Inmediatamente Law quiso declinar con un rotundo "No", pero se detuvo. Sabía que el otro capitán pirata quería algo de él, pero subirse al barco de otro lo dejaría en una evidente vulnerabilidad. —Esto debería ser rápido, ¿verdad? Estoy bien donde estoy —dijo Law. Sabía que alargar la conversación no serviría de nada. —En ese caso, puedes responder desde allí —dijo Teach. Sin tener mucho tiempo para procesar sus palabras, Teach interrumpió sus pensamientos con un fácil: —¡Únete a mi tripulación! Eso sorprendió a Law y al resto de su tripulación. Sin embargo, el resto de la tripulación de Barbanegra los miraron con gran interés. Sonriendo, como si esperaran que se derramara la sangre. Law debería haber esperado esto. No era un secreto que después de la Guerra de los Mejores, Teach y su tripulación fueron a la caza de frutas del diablo. Tomando poderosas frutas del diablo para sus propias tripulaciones a diestra y siniestra, a veces consiguiendo que la gente con estas frutas del diablo se unieran a ellos. Su propia fruta del diablo sigue siendo muy codiciada. Detrás de él, Law podía sentir que su tripulación comenzaba a tensarse en anticipación. No parecían muy dispuestos a ver partir a su capitán. Volviendo toda su atención a Teach, Law preguntó: —¿Por qué lo preguntas? No es un no rotundo. No puedo ser tan imprudente ahora. Necesito saber qué quieren de mí. Los latidos de su corazón aumentaron mientras esperaba la respuesta de Teach. —¡Hay muchas similitudes entre nosotros! —comenzó Teach. Law arqueó una ceja al oírlo. ¿Qué quiere decir? ¿A qué se refiere? —Para empezar, ¡ambos pusimos en marcha esta nueva Era nuestra! —Teach declaró: —Yo en la Guerra de los Mejores. Eso sólo fue la base de la línea de salida. Tú, en cambio, destrozaste los engranajes de la vieja Era con un movimiento tan rápido que el mundo no supo qué lo golpeó. El incidente de Punk Hazard ha creado, en efecto, una cadena salvaje de acontecimientos. Law sabía que sería malo, pero ni siquiera él tenía referencias para comprender la magnitud del efecto de sus acciones y las de Luffy en el mundo. —¡Hemos empezado esta Era, ahora ven conmigo y podremos conquistar este mundo! Con tu habilidad y la mía, el Gobierno Mundial no tendría ninguna posibilidad —sonrió Teach antes de hacer un gesto con la mano hacia ellos. Me pregunto, ¿A cuántos de esos otros capitanes les has hecho esa misma oferta? —¡Deja a tu insignificante tripulación y empieza a jugar en el puesto que te corresponde! El mejor de los mejores, como mi compañero. Los gruñidos de Shachi podían ser oídos por Law. Sabía que ese comentario sobre una "tripulación débil" les había molestado más de la cuenta. Aunque también cabreó a Law. ¿Dejar a su tripulación e irse a su lado? Law prefería arriesgarse e intentar tirar a Teach por la borda ahí mismo. —Parece que nunca has entendido el simple concepto de tripulación, Barbanegra —dijo Law. Recordaba que en la Guerra de los Mejores, Teach y los miembros de su tripulación funcionaban en una longitud de onda diferente a la de otras tripulaciones. En lugar de lazos y confianza, lo único que había entre ellos era sólo fuerza y poder. El único respeto que esta tripulación tenía por los demás, dependía de si el otro podía vencerlos en una pelea. Al igual que en el caso de Kaido, que fue lo que terminó contribuyendo a su caída. Teach y los poderosos integrantes de su tripulación sólo se rieron de su comentario, así que Law aprovechó para continuar: —No quiero dejar mi propia tripulación por la tuya. Además, creo que ambos sabemos lo que realmente buscas. La Ope Ope no Mi. —Es cierto, el poder de tu fruta del diablo es increíble —dijo Teach —Pero te estoy dando una oportunidad tan generosa ahora mismo Trafalgar. Por supuesto, su fruta del diablo estaría en juego. Esta oferta de unirse a la tripulación de Barbanegra es probablemente una forma de conseguir que Law le realice la Cirugía de la Eterna Juventud a Teach en un momento u otro. De cualquier manera, este grupo estaría viniendo por la vida de Law. —No creo que sea el adecuado para tu tripulación, Barbanegra. Si crees que voy a renunciar a mi fruta del diablo tan fácilmente, te equivocas. —dijo Law, con un tono severo en su voz. Como si esperaran alguna señal, la flota de Barbanegra se volvió hacia él. Teach seguía mirando a Law con un interés y una inquietud inquebrantables. Una mirada que hizo que sus músculos se tensaran y sus ojos se estrecharan. —Te daré dos opciones entonces —comenzó Teach. —Una es que vengas a bordo de mi barco por tu propia voluntad con lo que dejaré que tu tripulación se vaya a salvo al Nuevo Mundo. La segunda opción es que intentes resistirte y tanto tú como tu tripulación seréis tomados como rehenes. Tal vez algunos mueran en el proceso, quién sabe. Los nudillos de Law se volvieron blancos, envolviendo con más fuerza a Kikoku. —Creo que sabes lo que debes elegir, Trafalgar —sonrió Teach. Maldiciendo en su cabeza, Law analizó todos los resultados posibles a una velocidad récord. La opción más razonable era salvar a su tripulación. Podrían escapar fácilmente y Law se quedaría atrás para evitar que nadie resultara gravemente herido. Pero odiaba la idea de ir con un hombre tan terrible y horrible-. —¿Eres tonto? Los pensamientos de Law se apaciguaron. —Si no quieres hacerlo, entonces ¿por qué hacerlo? Es así de simple —. Las palabras de Luffy invadieron su mente. Las mismas palabras que le había dicho a Law en el barco al salir de Dressrosa. Law sabía que Luffy no soportaría que Law hiciera eso. Elegir el camino más lógico. Mi tripulación. Al menos sobrevivirá, pero... ¿realmente voy a ser tan egoísta? Unirme a su tripulación sin embargo... será mi muerte. No quiero morir. No por él. No importaba que lo maten. Ellos quieren su fruta o la cirugía primero después de todo. Y si iba a morir, maldita sea, lo hará luchando contra ellos hasta el último segundo. Dios, él sonaba como otro capitán que conocía. Mirando de nuevo a Teach, Law pudo ver que el hombre esperaba ansiosamente su respuesta. Preparado para las palabras a favor en lugar de una pelea por su lenguaje corporal. Law sonrió para sí mismo. Maldito seas Mugiwara-ya. —Parece que te has hecho una idea equivocada de mí —dijo Law, dando un paso adelante. La sangre palpitaba en su pecho tan rápido que Law temía que todos pudieran oírla. Sus pies pesaban con cada paso que daba hacia adelante. Mirando más allá del borde de su sombrero blanco, Law devolvió la mirada al hombre, orgulloso y desafiante. —Ceder ante gente como tú no me produce ningún placer. Si me rindo a tu fuerza, mi vida no tendrá ningún sentido —dijo Law. Su mano derecha se movió para desenvainar lentamente su nodachi. —Jamás dejaré remordimiento alguno en mi vida. La embarcación de la derecha de Law, fue cortada por la mitad con la misma facilidad con la que se corta la seda. El rápido movimiento del corte de Law sólo había sido visto por aquellos con haki de observación. Gritos surgieron del barco que comenzó a colapsar en el despiadado océano. —¡Zehahaha! ¡Confía en mí Trafalgar! El último hombre que dijo esas palabras, se arrepintió terriblemente —dijo Teach con un brillo divertido en sus ojos. Los Piratas del Corazón se pusieron en posición de combate justo detrás de Law, listos para luchar con su capitán. Esto le hizo esbozar una auténtica sonrisa, el hecho de tener una tripulación tan fiel a él pero al mismo tiempo temía el resultado de su ciega confianza. Los piratas rivales lanzaron bramidos de burla y abucheos. Los miraban fijamente como un león lo haría con su próxima comida. Ensordecido por el ruido, Law preparó su room una vez más. Mugiwara-ya... espero que no te importe que te quite protagonismo por una vez en este Nuevo Mundo. ⠀⠀⠀⠀ 𓆃 ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀El peso del mundo aplastó los hombros de Law. Sus pulmones se comprimieron por la fuerza, jadeando desesperadamente por aire. Todos los músculos se extenuaron más allá de su límite. Juraba que con un empujón más todos los músculos dejarían de funcionar. —¿Por fin has terminado? —la voz de Teach llegó por encima de él. Los brazos de Law se agitaron, intentando levantarse del suelo manchado de rojo. Respiraba con dificultad mientras intentaba expulsar la sangre de su ojo izquierdo. Su propia sangre que provenía de un corte en la cabeza. Su sombrero desapareció en medio del caos por algún lugar. Kikoku, que había tenido a su lado, le había sido arrebatada. Arrancada de su mano en un instante. Polvo arañó el interior de su garganta con sólo levantar la cabeza. Al principio lo único que podía ver eran las botas negras que tenía delante, antes de encontrarse lentamente con los ojos del emperador del mar. —Te dejaré elegir de nuevo —sonrió Teach, moviendo los brazos hacia su derecha, —Estoy seguro de que esto te ayudará a tomar tu decisión final —. Law giró lentamente su palpitante cabeza hacia su izquierda para ver una visión desgarradora. Los miembros de la tripulación con los que había viajado por los mares, ahora estaban gravemente heridos y maniatados. Mantenían miradas apenadas, como si lamentaran no ser lo suficientemente fuertes para luchar contra tales monstruos. Law no podía culparlos, se culpaba a sí mismo por no ser lo suficientemente fuerte para proteger a todos los miembros de su tripulación en este cruel mundo. La ira hervía en su interior. Apretó los dientes con fuerza, casi enseñando los dientes como lo haría un animal con sus colmillos. Teach le miró, esperando ansiosamente su respuesta. Law no tuvo la oportunidad de responder. Los músculos de su rostro se aflojaron, la borrosa visión le invadió y sus ojos se pusieron en blanco justo antes de chocar con el suelo de madera. La obstinación de Law le hizo negarse a caer en la inconsciencia. No podía soportarlo. A su alrededor se oían ruidos y sonidos de alguien hablando. El dolor y la angustia de vivir le habían llevado tan lejos que sólo se sentía insensible a todo. Los colores borrosos de su visión cambiaron. Su cabeza le recordaba a la sensación de estar bajo el agua. Debilitado, constreñido, pesado. El agotamiento le había impedido procesar que Law había sido capturado y trasladado fuera de su lugar. Juraba haber oído a su tripulación gritar por él. Tal vez no lo hacían. Esperaba que no lo hicieran. Pensad en vosotros mismos por una vez... idiotas. El arrepentimiento se apoderó de su mente. No, tú hiciste esta elección. Hiciste esta elección porque querías esto. Ahora vivirás con ello y te levantarás. ¿Pero cuándo podría hacer eso? Por lo que él sabía, no estaban exactamente dispuestos a dejarlo ir. ¿Pero dejarían ir a su tripulación? ¿Tendrían al menos una oportunidad? ¿O tomarían sus cabezas después de llevarse a su capitán? Cuanto más se alejaba su cuerpo, más difícil se le hacía retener esos pensamientos punzantes. El "debería haber", "ojalá", "y si". Los débiles ruidos de gritos y risas se burlaban de su culpabilidad. Los sonidos resonaban en los oídos de Law mientras su cabeza daba vueltas. Lo único en lo que podía concentrarse era en inhalar y exhalar lentamente y mantenerse consciente durante el mayor tiempo posible. La luz blanca le quemaba las retinas, haciéndole sisear y entrecerrar los ojos en vano. Algo le sujetaba los brazos, la gente le rodeaba y conversaban justo encima de él. —... necesito ... arreglar ... romper ... su ... celda … — —... costillas ... curar ... semanas … — Las palabras apenas se hicieron notar en su débil estado. Vagamente sintió que se vertía líquido sobre unos parches de piel, que luego fueron envueltos con fuerza. Le quitaron parte de la ropa para llegar a algunas heridas ocultas y envolverlas. Oh, así que me quieren vivo. ¿Pero por cuánto tiempo? La respuesta en el fondo de su mente hizo que su corazón se encogiera. Mientras sea útil. Ni siquiera se les ocurriría entregarlo vivo al Gobierno Mundial por algo de dinero extra. No, el peor escenario se haría realidad. Teach lo mantendría vivo y trataría de forzarlo a realizar la Cirugía de la Eterna Juventud y cuando eso no funcionase de todos modos le robarían la fruta y se la darían a alguien más que pudiera utilizarla. Dejándolo morir en el proceso. ¿Alguna vez en su vida habría aceptado unirse a ellos? ¿Voluntariamente? Por desgracia, sí. Más joven, e ingenuo, por supuesto, ñero un sí de todos modos. —... duerme… — —... duerme… — Una oleada de pánico y adrenalina recorrió a Law. A pesar de su mareo, intentó incorporarse sin éxito. Algo le sujetaba el cuello mientras otra cosa le era pinchada en el lado izquierdo del cuello. Law luchó por mantener los ojos abiertos y respiró con dificultad. Sabía que le quedaban segundos de conciencia. Uno. No. Dos. Mi tripulación. Tres. Cuando volveré a... Cuatro. ... despertar de nuevo? Cinco. El mundo borroso que Law apenas podía percibir, se desvaneció en negro. ⠀⠀⠀⠀ 𓆚 ⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀Soñar con el hogar significaba diferentes cosas para Law. Un sueño podía ser el de su submarino con su tripulación, otro con los sombreros de paja o incluso el de una llameante zona en guerra. El sueño que tenía Law era este último. Incendios ardientes y gritos interminables. Hacía más o menos un mes que no tenía un sueño así, Law realmente podría haber vivido sin estas cosas y pensó que tal vez esas pesadillas habrían desaparecido para siempre. Le vino a la mente el recuerdo de las palabras de Luffy. El hombre del sombrero de paja había tenido una de esas pesadillas en algún momento cuando habían estado descansando en la isla Zou. —Has estado persiguiendo la venganza, pero ¿cuándo te detendrás para curarte? Me he curado. —No lo has hecho. Con esas palabras tan lejanas, la palpitación en la cabeza de Law regresó. El dolor sólo aumentó cuando intentó abrir los ojos. Al forzar los ojos para abrirlos, apretó su rostro en señal de confusión. El techo gris del Polar Tang no le devolvía la mirada, ni veía el impoluto techo de madera del Thousand Sunny. Los recuerdos le inundaron en un instante. Su tripulación. Su submarino. El miedo subió por su estómago y su garganta, alojándose en su mente. Había perdido. Había elegido luchar y había perdido. Luchando de nuevo contra el remordimiento, Law trató de moverse para ver mejor su entorno. Lo único que pudo hacer fue gimotear por el crujido de sus huesos y la rigidez de sus músculos. Con los labios agrietados y secos, Law movió su dolorida mandíbula para intentar hablar. Su garganta deshidratada sólo le hizo toser. Le dolía cada parte de su cuerpo. Mental y físicamente. Sentado en la cama, Law por fin pudo ver bien la celda en la que lo habían encerrado. Los barrotes frente a él y la ventana a su espalda. Law no quiso comprobar si eran de piedra marina, supuso que lo eran. El barco se balanceaba de un lado a otro, las olas estaban muy muy por debajo de la ventana. Debía estar justo debajo de la cubierta. Para ser un barco pirata rival, estaba sorprendentemente limpio... Nada estaba oxidado ni mohoso. A pesar de ser una celda, estaba muy bien cuidada, y las sábanas también estaban limpias. La cama en la que dormía estaba muy acolchada y apoyada contra la pared. Mirando hacia abajo, pudo ver que su vieja camisa y jersey habían sido desechados. Seguía llevando los mismos pantalones y zapatos ensangrentados. Las vendas rodeaban su torso y sus brazos, vendas limpias. Eran nuevas o habían sido cambiadas. Lo más preocupante eran las deterioradas esposas de piedra marina colocadas en sus muñecas y una única cadena más larga atada a su tobillo izquierdo se conectaba a la pared a su lado. ¿Cuánto tiempo tendría para escapar? No había muchas aberturas, los barrotes por sí solos no habrían supuesto un gran problema para Law. Podría haber esperado a que su energía volviera a ser normal antes de escapar, pero las esposas de piedra marina impedirían que eso sucediera. La cadena que tenía en la pierna no le permitía alcanzar los barrotes de la salida. No puede tocar la puerta, así que aunque tuviera la llave no había forma de salir. Todas las posibles vías de escape llegaban a un callejón sin salida. La mayoría de ellas derivadas del hecho de que Law estaba en un barco enemigo en medio del mar. Sin embargo, las preocupaciones por su tripulación seguían dando vueltas en su cabeza. Prefería centrarse en lo que tenía que hacer y no en lo que podría haber pasado antes. Lo que sea que haya sucedido, ha sucedido. Tragándose el nudo en la garganta, Law enumeró sus nuevos objetivos. Primero, averiguar dónde está su tripulación. Segundo, reunir toda la información posible sobre la ubicación del barco y las islas a las que se dirige. Tercero, salir de la celda cuando el barco esté cerca de una isla. Cuarto, recuperarse si es necesario y luego ir a por su tripulación. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cuánto tiempo lo habían tenido encerrado? ¿Podría confiar en...? Law detuvo al instante su cadena de pensamientos. Tuvo que partir de la base de que estaba solo. Sin aliados. Sin ayuda externa. Para los piratas no existe la posibilidad de confiar en nadie más que en su propia tripulación. Incluso si alguien quisiera ayudarle, eso requeriría tiempo, recursos y una cantidad inimaginable de determinación. Es un Yonko contra el que lucharían, ni siquiera el Gobierno Mundial correría ese riesgo. Un portazo hizo que Law se sobresaltara al oírlo. Observó y escuchó atentamente en busca de cualquier movimiento. Unas botas ruidosas golpearon el suelo de madera, haciéndose más fuertes a cada paso. Juntando las manos, Law apoyó los brazos sobre las piernas mostrando que estaba relajado. A pesar de su malestar, no había duda de que Law no lo mostraría exteriormente. Los pasos llegaron al frente de su celda, revelando a un imponente Jesús Burgess. Miró fijamente a Law con una sonrisa de superioridad, sosteniendo en su mano una bandeja de metal con comida. Law le devolvió la mirada con una expresión de aburrimiento, sin tratar de delatar su creciente necesidad de averiguar su situación. —Tu primera comida a bordo del Saber of Xebec —dijo Burgess mientras abría una pequeña ventana de la celda cerca del suelo. Deslizó el plato de metal por el suelo hacia los pies de Law. Burgess se levantó de nuevo, poniendo las manos en su cintura: —No intentes hacer una huelga de hambre. Al fin y al cabo, necesitarás energía para tus intentos de fuga. Burgess se rió mientras se alejaba de la celda. Las manos de Law se apretaron ante sus burlonas palabras. Ya están preparados ante la idea de que luche. Lo que significa que no van a matarme pronto. Ni siquiera esa tranquilidad ayudó a los nervios de Law. Normalmente no le habría importado que lo atraparan, pero su tripulación estaba con él. Esta no era una misión en solitario, su tripulación podía estar en algún lugar del mismo barco o no estar. No estaba muy seguro de qué era mejor. Que su tripulación esté viva o no lo esté. Quién sabía lo que esta banda le habían hecho a los suyos. Podrían haberlos dejado ir (poco probable) o haberlos tomado como rehenes. Rehenes para utilizarlos con el fin de sobornar lo para realizar la operación. La comida que tenía a sus pies se burlaba de él mientras miraba el plato. Al volver la vista a la habitación, Law se dio cuenta de que Burgess parecía haber llegado justo en el momento en que él había empezado a despertar y a explorar. Podía haber algún tipo de vigilancia sobre él, como un caracol transpondedor de vigilancia observándolo. Sólo tardó un par de segundos en encontrar uno que se asomaba en la esquina de la habitación, escondido detrás de unas maderas pero fuera de su alcance y detrás de los barrotes. Al principio, Law se preguntó si debía ignorarlo, utilizando los puntos ciegos en su beneficio. Pero lo había mirado directamente, sin duda quien lo usaba ya había visto que Law sabía dónde estaba. Por despecho, Law cogió un poco de puré de patatas del plato que tenía en la mano antes de lanzarlo, lo que supuso una especie de reto gracias a las esposas que tenía en las muñecas. La comida aterrizó directamente sobre el caracol con un fuerte chapoteo. Sólo una parte de él se sintió mal por el caracol, pero el resto quería que toda la tripulación supiera que no iba a ceder tan fácilmente sólo por haber sido capturado. Pateando el plato a un lado, Law se desplomó de nuevo en la cama. Esperando que alguno de los miembros de la tripulación se acercara a ver cómo estaba. Tal vez incluso el propio Teach entrase, tratando de negociar con él una vez más. Si jugaba bien sus cartas, podría obtener más información sobre su situación. Cerrando los ojos, Law suspiró con frustración para sí mismo. Cora-san, creo que te equivocaste al decir que este mundo me impulsa a vivir. ⠀⠀⠀⠀








capítulo 1 de  A N T E S D E Q U E M E V A Y A   capítulo 2



⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ N O T A S ________ *soplo de emergencia* o en inglés: *emergency blow* es un procedimiento utilizado a bordo de un submarino que fuerza aire a alta presión hacia sus tanques de lastre principales. El aire a alta presión expulsa el agua de lastre de los tanques, aligerando rápidamente el submarino para que pueda subir rápidamente a la superficie. No me pregunten tampoco tenía idea🙄 Jamás había leído algo de esta pareja, ¿ustedes? Me parece interesante puesto que si te lo planteas algo así no sería tan descabellado, después de wano teach realmente puede estar interesado en la fruta de law😗 perdón yo y las teorías🤯 En fin, Teach es la contraparte de luffy🙃 Disculpen los errores, apenas tengo tiempo para revisar los errores, son capítulos muy largos...